jueves, 31 de enero de 2019

Coplas de ciego: "Romance de Delgadina"

El romance de Delgadina que me legó mi padre es uno de los más difundidos dentro de la tradición oral del mundo hispánico. Fue a partir del siglo XIX y sobre todo del XX cuando se empezaron a recoger por escrito cientos y miles de versiones de romances obtenidos de al memoria colectiva del pueblo. Como las coplas los romances eran recitados o cantados por aquellos ciegos ambulantes, casi mendicantes que recorrían los pueblos y la plazas de la España profunda y vendían versiones impresas en pliegos o folletos. Esta es la versión que escuché a mi padre, Antonino.

Tres hijas tenía el rey,
todas tres como la plata,
y la más pequeña de ellas,
Delgadina se llamaba. 
Un día al ir para misa,
su padre la reparaba:
Delgadina, Delgadina,
tú has de ser mi enamorada.

No lo quiera el Rey del cielo
ni la Virgen soberana.
Ser yo mujer de mi padre,
de mis hermanos madrastra!

La agarra por los cabellos
y a una torre la arrastrara;
no la daba de comer,
más que pez y agua salada. 
Delgadina con gran sede
se asomara a la ventana
y viera abajo a su madre
en silla de oro sentada.

Madre, si es usted mi madre,
por Dios deme un jarro de agua
que el alma tengo en un hilo
y la vida se me acaba.

Vete de ahí, hija de perro;
vete de ahí perra malvada,
que va para cuatro años
que me tienes mal casada. 
Delgadina con gran sede
se asomó a otra más alta,
y viera allí a sus hermanas
lavando paños de Holanda.

Por Dios os lo pido, hermanas,
que me deis un jarro de agua,
que el alma tengo en un hilo
y la vida se me acaba.

Yo bien te lo diera, hermana,
y todas las que aquí lavan,
pero si padre lo sabe,
la cabeza nos cortara.

Delgaidina con gran sede,
asomose a otra más alta,
y abajo viera a su padre
con gran jueguito de barra.

Padre, si es usted mi padre,
por Dios deme un vaso de agua
que el alma tengo en un hilo,
y la vida se me acaba.

Yo bien te la diera hija,
pero has de cumplir palabra.
Yo se la cumpliré, padre,
aunque sea de mala gana.


Alto, alto, mis criados,
a Delgadina dadle agua
Unos van con jarros de oro,
otros con jarros de plata.

Más por mucho que corrieron,
Delgadina muerta estaba
A los pies de Delgadina,
una fuente que manaba.

El primero que llegase,
la vida tiene ganada
el último que llegase,
la vida tiene jurada.

La cama de Delgadina
de ángeles está rodeada
y la cama de su padre,
de sierpes y cosas malas.

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