martes, 5 de febrero de 2019

Bailes y bares en el Fuentes de los años 40

Mis padres solían hablarme con frecuencia en casa de sus años mozos. Esta entrada es fruto de esos recuerdos en los que se entremezclan, como en otros muchos pueblos nombres, lugares y apodos. De los bailes, los que más recuerdo haber escuchado a mis padres eran en los años 40 el "baile de la chupeta", asi lo llamaban ellos, imagino que lo llamaban así porque iban los más "chiguitos" del pueblo que pagaban un real por la entrada (otros le llamaban por este mismo motivo el realero y era propiedad del señor Manuel) y el baile de Jesús, el confitero, que estaba situado en la plaza de Fuentes. En el piso de arriba estaban el salón de baile y el café o bar y en el piso de abajo vendían dulces. También era conocido este baile como el de los labradores, pues su entrada estaba reservada para los integrantes del gremio y tenías que enseñar una tarjeta de socio del gremio si querías entrar. 


Otros bailes de gremios eran el de los obreros y el de los artistas (que ejercían un oficio) y que regentaba Paco Pérez, con el baile abajo y el bar arriba. Mi abuelo antes de tener la cantina, era el dueño de la Ponderosa, creo que tuvo durante muy poco tiempo un baile, debió ser después de la guerra. Con los años cerraron estos bailes y abrieron otros como los bailes de Don Daniel, Don Isaac. En este último caso al salón de baile se sumaba una sala de cine en la parte de abajo y un café en la parte de arriba, aunque no abría más que para las grandes celebraciones.

Respecto a los bares, recuerdo de mi niñez, aparte de la cantina de mi abuelo Máximo, el bar de Petiso cerca de la iglesia de Santa María y el bar de Sindicatos en la plaza del pueblo. Décadas antes, en los años 40 debió haber unos cinco bares, el del señor Alejandro que contaba con una mesa de billar, el el del señor Bernardino y los mencionados Manuel, Jesús el confitero y Paco Pérez. Los bares tenían más surtido de productos y servicios que las tabernas o cantinas donde solo se servía vino y el mobiliario era más bien escaso. Algunos de ellos fueron los primeros lugares en los que llegó la televisión y antes de ellos la radio. Recuerdo sirviendo en la cantina a mi tía Socorro, las mesas tenían un acabado como apizarrado y verde oscuro y lo que más me llamaba la atención era el olor a vino que subía de la bodega. Como hemos podido ver los bares se conocían por el nombre de sus dueños pero no había un letrero indicando que aquel establecimiento se trataba de un bar. Tanto en los bares como en las cantinas los lugareños se juntaban, hablaban de sus cosas, y jugaban largas partidas al tute, a la brisca o al domino, al menos es lo que recuerdo de mi niñez, a finales de los años 60 y primeros 70.

El actual bar de Petiso comenzó siendo inicialmente una taberna. Junto a ella se podían encontrar otras como la del señor Rodrigo, la del señor Mariano, la de la señora Higinia y la de mi abuelo, la Ponderosa, aunque en esos años no se llamaba así. Mi abuelo la puso ese nombre en los primeros 60 cuando comenzó la televisión en España y una de las series estrella del momento era la mítica Bonanza. Tampoco se abrió ésta en los años 40, como se dice en la web de Fuentes porque que yo recuerde en tiempos de la República mi abuelo ya tenía abierta la cantina. No recuerdo nada de las posadas, aunque se dice en la citada web que en los años 40 había dos, una de ellas la regentaba la señora del estanco, se comía y dormía en ellas, siempre en un ambiente de escaso confort y gran austeridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario